La evolución del Tercer Sector, en el que una gran parte de las entidades se encuentra con modelos estratégicos obsoletos y quiere llegar a otros más modernos y flexibles, es posible gracias a la cultura de la innovación.
La estructura, la financiación y las relaciones con agentes externos, son líneas de trabajo que se pueden ver beneficiadas con las nuevas prácticas más ágiles que aprovechan la digitalización para alcanzar los nuevos retos.
Esta cultura de la innovación, que algunas consultoras definen como "profesionalización del sector", consiste en marcarse nuevos retos para ser capaces de desestabilizar (de una manera sana y controlada) los actuales modelos de trabajo.
De esta desestabilización surge la capacidad de adaptación que permite desarrollar nuevas ideas, actuar de manera innovadora y explorar nuevas perspectivas dentro de las entidades.
👁️Para las pequeñas y medianas ONG, la innovación puede tener una penetración y un impacto más cortoplacista que en grandes entidades. Aunque la resistencia al cambio estará presente.
Estructuras y jerarquías
El modelo de estructuras fijas con jerarquías poco flexibles y objetivos individualistas, es un modelo estructural heredado de antiguos formatos de trabajo que se ha demostrado obsoleto y poco eficiente.
¿Cuál podría ser un modelo más actual y efectivo? El basado en estructuras flexibles con capacidad de adaptación, que den respuesta rápida y ágil a las necesidades de los proyectos y circunstancias de las entidades. Para ello es necesario trabajar las nuevas estructuras, los flujos de trabajo internos y el incentivo fuera del puesto jerárquico.
Financiación y diversificación
Según un estudio de PwC sobre financiación de las entidades del Tercer Sector, el modelo más tradicional de financiación es 70% pública y 30% privada con una alta dependencia de pocos financiadores.
La innovación debe ayudar a encontrar alternativas de financiación para no tener una dependencia tan inestable a futuro. Las teorías apuntan al modelo del tercio: 33% pública, 33% privada y 33% de socios.
Resultados, objetivos y medición
La justificación del gasto a través de facturas sin tener en cuenta los resultados obtenidos, es algo que a día de hoy empieza a ser difícil de sostener tanto en proyectos públicos como en privados.
La exigencia de los financiadores es cada vez mayor. Esto requiere de la innovación para poder identificar cómo podemos conseguir una medición representativa y un seguimiento periódico de los proyectos de una forma eficiente y útil para todos los agentes implicados.
Relación con terceros: otras entidades del tercer sector y la sociedad civil
Las dificultades de financiación, la dificultad de penetración de mercado y la falta de profesionalización son algunos de las características que han facilitado una tradición individualista entre entidades del tercer sector. Al igual que una relación frágil con la sociedad.
Para cambiar esta situación, es recomendable explorar redes de apoyo entre organizaciones que faciliten el desarrollo de proyectos más completos y con mayor impacto social que tenga en cuenta la participación ciudadana.