Digitalización e innovación

La tecnología como herramienta contra la desigualdad, la pobreza y la exclusión social

Las nuevas tecnologías facilitan el acceso a la información, influyen en la reducción de costes en el sector laboral y fomentan la conectividad entre las personas, estén dónde estén.


 

El Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo, fundado en 2015, es una plataforma que busca soluciones innovadoras que acaben con problemáticas sociales que pertenecen a la actual era digital. 

En la actualidad, la transformación digital para pymes, organizaciones y entidades, se ve como una oportunidad para recapacitar sobre cómo debe ser su influencia y colaboración con los distintos grupos de interés y las sociedades en las que operan, contribuyendo de esta forma a la búsqueda de soluciones que permitan reducir la desigualdad y la brecha digital.

La brecha digital

La desigualdad en el acceso, uso o impacto del Internet y las TIC se conoce como brecha digital y afecta al 38% de las mujeres y al 43% de los hombres de la población mundial general. En 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística de España, alrededor del 91% de los hogares españoles tenían acceso a internet.

El uso de Internet es desde hace tiempo una fuente de innumerables oportunidades para la realización personal, desarrollo profesional y aportación de valor. Con la pandemia COVID-19, se ha convertido en una necesidad vital para trabajar, aprender, acceder a servicios básicos y mantenerse en contacto.

Un Informe de la UIT, en el mismo año, estima que el 37% de la población mundial, es decir, 2.900 millones de personas, no ha podido acceder nunca al uso de internet.

Se pueden observar además graves disparidades en el acceso a la conectividad de alta velocidad, que impiden a miles de millones de adultos y niños trabajar, aprender y comunicarse a distancia. En este mismo documento, se hace un balance de los progresos conseguidos en lo referente a la ampliación del acceso a la infraestructura y los servicios de banda ancha y en su adopción, así como en el logro de los siete objetivos de promoción fijados por la Comisión para 2025.

En la mayoría de los países en desarrollo, la banda ancha móvil (dispositivo más utilizado para acceder a internet) es la principal forma -y a menudo la única- de conectarse a Internet. Es una condición necesaria, pero no suficiente, ya que los usuarios potenciales se enfrentan a otros obstáculos a la conectividad.

En la actualidad, el 95% de la población mundial tiene acceso a una red de banda ancha móvil. El número de usuarios únicos de telefonía móvil supera los 5 000 millones, aunque sólo el 20 % de la población en países en desarrollo accede a internet a través del móvil.

Entre 2015 y 2021, la cobertura de la red 4G se duplicó para alcanzar al 88% de la población mundial. Llegados a este punto, conviene diferenciar entre el acceso a Internet y la alfabetización digital, es decir, el proceso de aprendizaje que permite a una persona adquirir conocimientos y competencias para entender, utilizar y aprovechar el potencial educativo, económico y social de las TIC.

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Otras problemáticas

La brecha entre las zonas urbanas y rurales, aunque parezca inexistente en los países desarrollados, sigue siendo un obstáculo que dificulta la conectividad digital en el resto del mundo. A nivel mundial, las personas que habitan zonas urbanas tienen el doble de probabilidades de utilizar Internet que las que residen en las zonas rurales (76% de la población urbana frente al 39% de la rural).

La brecha generacional también es evidente en todas las regiones del mundo. En promedio, el 71% de la población mundial de entre 15 y 24 años utiliza Internet, frente al 57% de los demás grupos de edad.

Para llegar facilitar el acceso a tecnología es necesario poner en práctica programas de alfabetización digital que fomenten el bienestar y desarrollo personal, abaratar el coste de la banda ancha, para que esta sea accesible por y para todas las personas y dar acceso a contenidos web gratuitos, con la finalidad de aumentar la entrada a internet, acercando la información.

La tecnología como oportunidad

Cuando se proporciona acceso a internet y se fomenta el desarrollo de habilidades digitales, se puede hablar de la mejoraría en el acceso a la información y a los servicios que son fundamentales para el desarrollo, educación y el aumento de la inclusión social. La tecnología influye de manera positiva cuando puede ofrecer oportunidades de educación en línea (a través de plataformas digitales como Moodle), promover el teletrabajo (fomentando la conciliación), crear servicios de salud electrónica, dar empoderamiento individual económico y facilitar las conexiones sociales.

Mediante la garantía de acceso y la paridad de oportunidades en el ámbito digital, la tecnología pasa a ser una herramienta que suma en la promoción de la igualdad de género. Esto implica abordar las barreras socioeconómicas, culturales y de género que pueden obstaculizar la participación de las mujeres en la era digital.

Es necesario abordar los desafíos que siguen existiendo, y que normalmente giran en torno al acceso y a la falta de habilidades. La tecnología es una herramienta adecuada para eliminar barreras y lograr reducir la pobreza, la falta de alfabetización digital y las distintas brechas que existen (de género, generacionales, digitales…) para lograr una inclusión digital efectiva y equitativa.

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