La energía inteligente en el contexto de las ONG y entidades del tercer sector se refiere a la adopción de tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles para gestionar y optimizar el uso de la energía en sus instalaciones. Un aspecto fundamental en este ámbito es la aplicación de la inmótica, un concepto que abarca la automatización y gestión eficiente de los sistemas energéticos en edificios no residenciales, como oficinas, centros de trabajo sociales o comunitarios.
¿Qué es la inmótica?
La inmótica se basa en la integración de sistemas tecnológicos, sensores, dispositivos conectados e inteligencia artificial para monitorizar y controlar de manera automática el consumo energético en edificios. Es una versión extendida de la domótica (aplicada en hogares), pero orientada a grandes centros, como las que gestionan algunas ONG y entidades del tercer sector. A través de esta tecnología, se pueden controlar aspectos como la iluminación, climatización, ventilación, seguridad y otros servicios esenciales, optimizando su funcionamiento.
¿Cómo funciona la inmótica en entidades sociales?
En el contexto de las ONG, la inmótica puede ser implementada para optimizar el uso de recursos y reducir costes operativos, lo que permite que estas entidades destinen más recursos a su misión y actividad social. A continuación, comentamos algunos puntos clave sobre cómo funciona:
- Automatización de la iluminación y climatización: Los sensores de movimiento y luminosidad ajustan la iluminación y la temperatura según la ocupación de las salas o áreas. Esto reduce el consumo innecesario de energía cuando las instalaciones no están en uso.
- Monitorización y gestión remota: A través de sistemas centralizados, los responsables de gestión pueden controlar el uso de energía de forma remota, identificando áreas de alto consumo y ajustando configuraciones para ahorrar energía.
- Integración con fuentes de energía renovable: La inmótica puede facilitar la integración de paneles solares o sistemas de energía eólica en las instalaciones, priorizando el uso de estas fuentes sostenibles cuando estén disponibles, y minimizando la dependencia de la red eléctrica convencional.
- Optimización de la eficiencia energética: El sistema inmótico puede identificar patrones de uso y recomendar ajustes para mejorar la eficiencia. Por ejemplo, reducir el uso de aire acondicionado en momentos específicos o sugerir cuándo es más eficiente encender o apagar ciertos equipos.
- Sostenibilidad y compromiso social: Implementar inmótica y energía inteligente no solo contribuye a una mayor sostenibilidad, sino que también refuerza el compromiso de las ONG con sus valores medioambientales. Estas organizaciones pueden utilizar sus logros en reducción de emisiones y eficiencia energética como parte de su responsabilidad social y ambiental.
Otro beneficio, que creemos importante resaltar, es el relacionado con la transparencia y la eficiencia en las operaciones. Al monitorizar en tiempo real el consumo energético, las ONG pueden aumentar la claridad sobre sus gastos y actividades, lo cual es valioso para sus donantes y colaboradores.
La integración de energía inteligente y tecnología avanzada no solo optimiza las operaciones diarias de estas organizaciones, sino que también amplifica su impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.