Para cualquier entidad, sobre todo del Tercer Sector, la misión es el núcleo de toda su labor. Sin embargo, comunicar esa misión de forma clara, comprensible e inclusiva sigue siendo uno de los grandes retos para muchas entidades. Una comunicación efectiva no solo informa: inspira, moviliza y construye comunidad. Pero, ¿realmente está llegando el mensaje a quienes queremos alcanzar?
La comunicación inclusiva va más allá de evitar un lenguaje discriminatorio. Se trata de construir mensajes que consideren la diversidad de las personas receptoras: diversidad lingüística, cultural, cognitiva, de género, capacidades, nivel educativo, acceso a tecnologías, entre otras variables. Una organización del Tercer Sector no puede permitirse excluir, aunque sea de manera no intencionada, a parte de su audiencia por cómo redacta, diseña o difunde su mensaje.
Para saber si la misión de tu entidad está siendo comprendida, es fundamental hacerse algunas preguntas:
Una misión escrita en términos demasiado abstractos o formales corre el riesgo de ser ignorada. En cambio, una misión comunicada de forma clara, con ejemplos tangibles y en un lenguaje sencillo, puede conectar emocionalmente y fomentar la participación.
Lenguaje institucional excesivo: muchas organizaciones replican estructuras de redacción propias de la administración o el mundo académico. Esto puede restar cercanía y claridad al contenido.
Poca atención al diseño accesible: tipografías poco legibles, contraste bajo o ausencia de subtítulos en vídeos limitan el alcance, párrafos muy largos, contenido muy cargado, etc.
Canales inadecuados: si el mensaje no se adapta a los canales preferidos por cada segmento del público, pierde efectividad.
Falta de representación: ¿quiénes aparecen en las imágenes y vídeos? ¿Reflejan la diversidad real del público al que se dirige la entidad?
Frases cortas, vocabulario cotidiano y explicaciones simples de conceptos complejos.
Haz pruebas con personas externas a la organización antes de lanzar campañas clave.
Asegúrate de que tus materiales sigan criterios de accesibilidad web y física (por ejemplo, con lectura fácil o traducciones).
Mezcla medios digitales con presenciales, escritos con audiovisuales, y aprovecha la comunicación oral en comunidades donde sea relevante.
La comunicación no es solo emitir, sino también recibir. Recoge feedback y adáptate.
No olvides que comunicar de forma inclusiva no solo fortalece la identidad institucional: también construye una sociedad más equitativa y participativa.