En los últimos años, cada vez que accedemos a una web nos salta un pop-up o una ventana de aviso con un mensaje en el que se nos solicita aceptar o rechazar las cookies. Todo esto comenzó el año 2018, con la entrada en vigor del nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Pero, ¿sabemos exactamente qué estamos haciendo o qué le estamos pidiendo a los visitantes de tu web al darle a cualquier botón? ¡Vamos a entenderlo! ⬇️
Podemos definir las cookies como un pequeño archivo creado por un sitio web y que se almacena en el navegador del usuario con ciertos datos de este. Este almacenamiento ayuda a identificar a un usuario después de que haya realizado cualquier tipo de interacción con una página web. De esta forma, cada vez que el usuario vuelva a entrar a ver contenido, se le podrá ofrecer, de manera prioritaria, aquel que coincida con sus hábitos de navegación y consumo.
Además de esta utilidad, las Cookies contribuyen a diferenciar usuarios y a mejorar la experiencia en cualquier sitio web en el que entren. Hablaremos de esto más adelante, pero es importante saber que existen diferentes tipos de cookies y que algunas recopilan información estadística y almacenan los datos de los usuarios para conocerlos mejor.
Para una entidad u organización que posea un sitio web esto es algo positivo, ya que le permite conocer el tipo de audiencia que llega a su página, por qué contenido se interesa, por qué lo hace (qué le llama la atención para consumir nuestro contenido) y cuál es su experiencia. Además, si un contenido ya ha sido consumido por ese usuario con anterioridad, estos pequeños archivos ayudan a que una web cargue mayor velocidad. Las cookies también nos hacen el camino más sencillo a la hora de implementar acciones de remarketing o retargeting.
Llegados a este punto, es importante dejar claro que, generalmente, las cookies no suponen un riesgo para la privacidad de las personas que las aceptan, ya que su función es meramente funcional y no permite la recogida de datos personales.
En general, los tipos de cookies se dividen en función de la misión que desempeñan y quién las gestiona.
Según su duración. Las Cookies de duración se dividen en dos categorías:
Según la gestión. En este tipo también podemos encontrar dos tipos de cookies:
Según el propósito. Cookies técnicas o necesarias.
Existe un tercer tipo de Cookies conocidas como técnicas o necesarias. Cuando nos referimos a este tipo, hablamos de aquellas que no podemos desactivar en la configuración de la página web. ¿Y esto por qué es? En este caso, la función de estas Cookies es la de optimizar el funcionamiento de la propia página web.
Como habrás comprobado, son infinitas las utilidades que una Cookie nos puede otorgar. Por eso, te recomendamos su uso (de manera controlada según leyes y reglamentos) con el propósito de garantizar la privacidad a la hora de tratar con los datos de las personas que visiten tu sitio web.
Si ya tienes una web que utiliza estos archivos diminutos, te recordamos que tienes la obligación de notificarles a las personas que acceden a ella por primera vez, ya sea a través de un mensaje a pie de página o un pop-up que ellas mismas puedan cerrar o minimizar. Sin la aceptación o consentimiento, no tendrías ningún derecho a recabar información sobre su actividad en la web.