Para cualquier entidad, la visibilidad de su causa y la captación de apoyos dependen de múltiples canales y acciones. No es suficiente con idear y ejecutar las campañas, será importante hacer un seguimiento en el que medir, interpretar y ajustar las acciones desarrolladas. Para entender mejor esto, es importante saber detectar métricas críticas y convertir los KPIs en acciones concretas, con el fin de poder seguir trabajando y avanzando con impacto y eficiencia.
Las métricas críticas son aquellos indicadores que, al modificarse de forma inesperada, pueden estar alertándote de que algo esencial en tu estrategia digital no va bien. No se trata solo de ver si “han bajado los seguidores” o “han subido los clics”, sino de identificar señales de alerta tempranas que permitan actuar antes de que el problema se agrave.
Por ejemplo, si tu ONG detecta que la tasa de conversión de la página de donaciones ha bajado un 50% en solo una semana, esa es una anomalía crítica. Puede deberse a un fallo técnico, un cambio en el comportamiento del público objetivo o una acción externa, como un cambio en el algoritmo de Google o en la visibilidad en redes sociales. Lo importante no es solo notar el cambio, sino saber cómo reaccionar a tiempo.
En muchas ocasiones, estas anomalías pasan desapercibidas hasta que tienen un impacto tangible en el número de donaciones, inscripciones a voluntariado o suscripciones a newsletters. Si medimos con intención estratégica, estas señales pueden ayudarnos a detectar errores, corregir rumbos y potenciar lo que está funcionando.
Los KPIs (Key Performance Indicators) son indicadores clave de rendimiento. Pero no todos los KPIs son iguales. Un KPI es útil cuando te permite tomar decisiones concretas. De lo contrario, es solo una cifra que ocupa espacio en un informe.
Convertir un KPI en una herramienta accionable implica tres pasos esenciales:
Un error común en muchas ONG es caer en la “parálisis por análisis”, es decir, tener paneles de control repletos de métricas que no se vinculan con decisiones. Medir sin actuar no transforma la realidad.
El monitoreo eficaz de métricas críticas requiere una mirada sistemática. No se trata de revisar Google Analytics una vez al mes, sino de crear una rutina de análisis y detección temprana.
Algunas prácticas recomendadas incluyen:
Además, conviene revisar las fuentes de tráfico, las tasas de rebote, el tiempo en página, la interacción con formularios y otros elementos que indiquen cómo se comportan las personas usuarias en tu ecosistema digital. Así podrás no solo medir qué ocurre, sino empezar a entender por qué ocurre.
Imagina que lanzas una campaña de captación de voluntariado. En la primera semana, todo va bien: visitas, clics y formularios enviados. Pero a partir del décimo día, observas que baja el número de formularios recibidos, mientras que el tráfico se mantiene. ¿Qué puedes hacer?
Este es un ejemplo claro de cómo una métrica crítica (formularios completados) puede señalar una anomalía. Un análisis más profundo podría revelar que:
- El formulario tiene un fallo técnico en dispositivos móviles.
- El canal de difusión principal cambió y atrae a un público menos interesado.
- Ha surgido otra campaña similar de una organización cercana.
La clave está en que, al detectar esta desviación en tiempo real, tu equipo pueda reaccionar:
Revisar el formulario, adaptar el mensaje o incluso cambiar los canales de inversión.
¿Cómo incorporar esta mentalidad de análisis en tu ONG?
Medir y detectar no debe ser responsabilidad exclusiva del área de comunicación o marketing digital. Toda la organización debería entender la importancia de los datos y participar en la toma de decisiones. Algunas de las claves que podrías establecer para lograrlo podrían ser: